Durante la mesa Universidad y sociedad, realizada en la tarde del martes 5, en el marco del Seminario Universidad Sociedad y Estado, realizado en el marco del LXXXIII Consejo de Rectores y Rectoras de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM), la profesora Nilma Lino Gomes, emérita de la Facultad de Educación y Ministra de la Mujer, Igualdad Racial y Derechos Humanos en 2015 y 2016, planteó que los servicios públicos universitarios necesitan se oponen a “una cosmovisión conservadora y reaccionaria, produciendo proyectos de análisis, investigación, extensión e internacionalización, y aprendiendo de las nuevas generaciones”.
Según la exministra, el cuadro de desigualdades escolares entrelazadas con desigualdades raciales y socioeconómicas se intensificó durante el período de la pandemia. “Es importante entender que un conjunto complejo que articula perversamente las desigualdades y la diversidad es la base para tener datos tan alarmantes sobre la alfabetización y la educación infantil en América Latina, a pesar de todos los esfuerzos de los gobiernos democráticos”, analizó.
Nilma Gomes reforzó que las minorías, históricamente, dependen de las luchas sociales para culminar su trayectoria escolar y académica y alcanzar espacios de prestigio en la sociedad y la política. “Soy el resultado de esta generación”, señaló.
Ministros permanentes
La diputada federal Célia Xakriabá es, en el contexto político brasileño actual, una de las protagonistas de la lucha contra la PL 490, un dispositivo que define como tierras indígenas sólo aquellas que fueron ocupadas demostrablemente por pueblos tradicionales el 5 de octubre de 1988, fecha de promulgación de la Constitución Federal.
“Cuando luchamos por el territorio, luchamos por la ciencia, porque la ciencia viene del territorio. Lo que hacemos dentro de la universidad es una elaboración del pensamiento, pero la ciencia está dentro de nosotros, la universidad ‘somos nosotros’. Nuestra lucha es que salgamos de la universidad educados y transformados”, dijo la activista. La destrucción ambiental en el país no es aún más grave, a su entender, porque los indígenas son “una trinchera de lucha”. “Aunque los indígenas nunca hemos ocupado el cargo de Ministro de Medio Ambiente, somos los ‘ministros permanentes‘”.
La universidad, en el cumplimiento de su objetivo de promover el desarrollo social, tiene un “compromiso urgente”, para Célia Xakriabá, “de acercar las presencias indígenas y quilombolas, y de pensar otras epistemologías”.
Relaciones armónicas
Gran parte del conocimiento de punta ha sido producido por estudiantes que ingresaron a las universidades públicas a través de la política de cuotas y del Enem, destacó la economista Luiza Dulci, egresada de la UFMG, que hoy se desempeña como asesora de la Secretaría de la Presidencia de la República . “Los recortes presupuestarios que se han dado en los últimos años han afectado, especialmente, a los grupos que han venido llegando, por primera vez, a las universidades”, dijo ella, quien es doctora en Ciencias Sociales, Desarrollo y Agricultura.
El economista mencionó el programa Bolsa Família, la agroecología y la filosofía latinoamericana del buen vivir como dimensiones relacionadas con el papel político y cultural de la universidad en su relación con la sociedad. “La universidad fue muy importante para mostrar a la sociedad que Bolsa Família es una inversión importante. La agroecología, por su parte, asociada a la investigación académica, promueve sistemas de producción más económicos, sin pesticidas, lo que genera una relación más armoniosa con el medio ambiente”, argumentó.
Luiza Dulci también afirmó que la filosofía del buen vivir, un concepto fundado por intelectuales indígenas que involucra prácticas y entendimientos ancestrales, llegó a la agenda política brasileña a través de organizaciones y movimientos sociales. “Los latinoamericanos tenemos una tradición muy fuerte con los movimientos sociales y las organizaciones de la sociedad civil. Es muy importante que la universidad se alimente de esto y pueda ponerse a su servicio”, destacó el economista. Para ella, este tipo de discusión señala que “las instituciones están, de hecho, conectadas con cuestiones locales, que mueven a las personas y que son la raíz de nuestras desigualdades”.
El panel fue coordinado por la Decana de Extensión, Cláudia Mayorga. Señaló que la relación con la sociedad, que se da a través de la extensión y otros medios, es uno de los aspectos que diferencia a las universidades latinoamericanas de las de otros continentes. “Si la extensión universitaria entrara en los rankings internacionales, probablemente las instituciones sudamericanas estarían mucho mejor clasificadas”, conjeturó.
El debate también contó con la participación de Silvia Ferrero, presidenta de la Asociación Palabras Civiles de Argentina. Activista de la campaña por el derecho al aborto legal y seguro en el vecino país, Ferrero hizo una detallada retrospectiva del movimiento que sacó a 1 millón de mujeres a las calles de Buenos Aires.
Matheus Espíndola / UFMG
Foca Lisboa / Fotos / UFMG