“Desarrollamos este encuentro en un contexto marcado por una gran incertidumbre cuyo origen se encuentra en factores de carácter global que, no obstante, tienen también un fuerte correlato a nivel regional y local”, comenzó diciendo Osvaldo Corrales, presidente de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM) y rector de la Universidad de Valparaíso, durante la apertura del Consejo de Rectores y Rectoras que se lleva a cabo este 27 y 28 de noviembre.
“A la impostergable crisis climática que hoy hace sentir sus devastadores efectos sobre todo el planeta y que en el mediano plazo no sólo amenaza nuestro actual estilo de vida, sino que pone en peligro la continuidad de nuestra existencia como especie, se suma ahora la amenaza de un conflicto bélico global”, dijo, y agregÓ: “En efecto, la invasión de Ucrania por parte de Rusia y el reciente recrudecimiento del conflicto palestino-israelí han introducido una gran inestabilidad en el escenario político internacional, aumentando el riesgo de que estos conflictos escalen involucrando a otros países lo cual ha puesto al mundo en una situación que no vivíamos desde el fin de la guerra fría”.
En este contexto, el rector hizo referencia a cómo las formas de convivencia social han sido afectadas, y se han generado condiciones para la reaparición de discursos populistas y autoritarias, marcados por el racismo, la xenofobia, y la relativización de los derechos humanos.
“Por su relación con el conocimiento y con el cultivo del pensamiento crítico, se espera de las universidades que tengamos algo que decir frente a cada uno de estos desafíos, no necesariamente que entreguemos una respuesta definitiva, pero sí al menos que propongamos un conjunto de elementos y criterios que iluminen y aporten novedad a la discusión y que permitan encauzarla en una cierta dirección que, en el mediano plazo, apunten a su superación. Nos toca la imperiosa tarea de aportar algo de certeza y esperanza”.
Corrales dijo que a pensar de esto la mayoría de nuestros gobiernos siguen considerando a los recursos que se destinan a la educación superior y al desarrollo de investigación, innovación y transferencia tecnológica, como un gasto y no como una inversión y es por eso que cada vez que se produce algún tipo de crisis o contracción económica, dichas áreas son las primeras en sufrir recortes drásticos.
En este contexto, destacó que las universidades de AUGM comparte la convicción de que la educación superior es un derecho humano y social y que la educación superior pública es la mejor herramienta para garantizar el ejercicio de los derechos humanos, puesto que promueve la igualdad de oportunidades para toda la ciudadanía con independencia de su origen étnico o de su condición socioeconómica y desarrolla un tipo de conocimiento cuyo único foco es la búsqueda de la verdad y el bien común.
“Es por ello que vemos con especial preocupación la emergencia de una concepción mercantilista de la educación, que la concibe como un bien de consumo y que ha venido de la mano de políticas que han estimulado su privatización”, destacó. “Es un problema que no sólo concierne a las universidades públicas, sino que a la sociedad entera puesto que afecta a la democracia (la sociedad deja de poder definir colectivamente el sentido de su desarrollo) y pone en riesgo la soberanía de nuestros países (decisiones que pueden afectar de forma significativa a nuestras sociedades se toman, eventualmente, fuera de nuestras fronteras y en función de intereses que nos resultan ajenos). De ahí la importancia estratégica de espacios como éste”.