Estimaciones científicas suponen que en nuestro planeta existen diez quintillones de virus individuales, los suficientes para asignar uno a cada estrella del universo 100 millones de veces. Estos patógenos solo pueden replicarse con la ayuda de un huésped y son capaces de apropiarse de organismos de todas y cada una de las ramas del árbol de la vida, incluidas las células humanas.

Los virus son posiblemente los organismos más biodiversos del planeta. Hay millones de formas distintas, que han evolucionado de manera independiente y son cien veces más pequeños que una célula, por eso solo puede observarse a través del microscopio electrónico.

Están al límite de lo que podría considerarse un ser vivo, porque necesitan la célula de otro para vivir: puede ser la célula de un animal, una planta o una bacteria. Una vez dentro del organismo que sirve de “huésped”, el virus infecta sus células y se multiplica para sobrevivir.

 “Los virus no pueden proliferar por ellos mismos, necesitan entrar en las células y secuestrar la maquinaria vital de esas células para producir copias de sí mismos. En cierto sentido, los virus son parásitos”, afirma el  doctor en Bioquímica Rolando Rivera, docente de la UNNOBA e investigador del CONICET.

La pregunta que aquí cabe es: ¿por qué el virus necesita un organismo vivo o huésped para poder reproducirse? “Porque el genoma de un virus no tienen toda la información necesaria para replicarse por sí mismo. Entonces ‘parasita’ a los organismos y así, va infectando bacterias, hongos, plantas o animales. Todos los organismos vivos conviven con virus, la mayoría de las veces, sin que causen mayores problemas. En otros casos los virus pueden afectar el funcionamiento de los organismos causando una gran variedad de enfermedades”, explica.

—¿Por qué enferma al huésped?, ¿de qué manera lo hace?

—No todos los virus son patógenos. Pero, al infectar células de los organismos y al usarles la maquinaria de producción de energía o de síntesis de proteínas para su replicación, afectan su funcionamiento normal y, en algunos casos, pueden provocar su muerte. Y si esas células son importantes para un proceso particular del organismo, éste se puede ver afectado.

—¿Por qué mutan los virus? ¿Lo hacen simplemente por error en su alta reproducción o hay un motivo de supervivencia?

—Todos los seres vivos mutan, cambian su material genético. Esto ocurre por puro azar y se debe, principalmente a errores de copiado del material genético. Es algo absolutamente normal. Los organismos que hayan cambiado de forma desventajosa tendrán más dificultades para sobrevivir y los que tengan cambios que no produzcan ningún efecto o sean ventajosos sobrevirarán más fácilmente.

—¿Todos los virus tienen el mismo poder de mutación?

—No, en general los virus que tienen su material genético formado por ADN son menos cambiantes que los que tienen ARN. Por el tipo de replicación que tiene, la enzima que copia el ADN es más precisa que la que copia ARN, porque es capaz de “darse cuenta” de un error cometido y corregirlo. Pero no es una regla general, la enzima que copia el ARN del coronavirus causante de la COVID-19 tiene capacidad de corrección, por lo que es un virus que muta menos que otros de ARN.

—¿Las mutaciones hacen que los virus mejoren en su poder de infección?

—No todas. Algunas no tienen efecto y otras pueden mejorar o empeorar el poder de infección. Pero con el tiempo las que tienen mejor poder de infección se van a seleccionar por sobre las que no.

—¿Por qué este virus actúa de manera tan diferente en cada individuo, más allá de algunos síntomas comunes?

—Aún no se sabe con certeza por qué. Hay algunas evidencias que indican que diferencias genéticas entre individuos provocan que las personas sean más o menos susceptibles a la infección o a la propagación, así como más o menos susceptibles a consecuencias severas de la infección.

—¿Conviviremos para siempre con este virus, igual al de la gripe?

—Creo que sí. Son pocas las enfermedades que se han erradicado o casi eliminado como la viruela o la poliomielitis.

—¿Deberemos seguir con las medidas preventivas actuales?

—Más allá de las vacunas, y en tanto haya altos niveles de contagio las medidas de cuidado deben mantenerse, es decir, son necesarias: uso de barbijo, distanciamiento, lavado de manos, ventilación. Y cuando la pandemia de COVID-19 acabe espero que algunas de estas medidas de higiene pasen a ser hábitos. Ventilar es un muy buen hábito. Lavarse las manos es otro buen hábito individual, con o sin pandemia.